Por diversas causas, he frecuentado éstos días, el edificio de Traumatología del Hospital Miguel Servet. De vez en cuando, y para "aplacar" mi adicción a la nicotina, salía del recinto. A mis espaldas, -y una vez pasada la franja amarilla en dónde ya estaba permitido fumar-, me encontré desafiante, la perspectiva de éste edificio.
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Fueron necesarios un par de bocetos en donde practicar las líneas auxiliares, sus perspectivas y sus sombras. Me costó...
Ahora, ya no miro a los edificios de frente o de perfil. Busco otras cosas.
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Buena Cortesía