Mi amiga Inmaculada Lazo Blanco me mostró en Malagráfica uno de sus cuadernos bandoneón; he decidido llamarlos así porque son más pequeños que los de acordeón habituales y porque las cubiertas van por libre, sin lomo que las una. Desde entonces andaba dándoles vuelta junto con la idea de reciclar una vieja carta marina familiar y las hermosas tapas de uno de esos libros que nadie volverá a leer... Este verano sonó el fuelle; mi primer cuaderno bandoneón, acordeón, orihon o leporello.
Luego vino el tema, el lugar, y puesto que pasé un fin de semana en julio y una semana de agosto en Denia, se convirtió en el cuaderno de mi estancia en este mediterráneo rincón.
Espero que os guste.
12 x 250 cm.
¡¡Nos vemos en Sigüenza!!