Llevo
tanto tiempo dibujando sobre papel barato que los Arches, Cansons
y Fabrianos se me apoderan. Me resulta más fácil amoldarme a una hoja cutre que encajar en un mullido y suave pliego cinco estrellas.
Hay algo en el fondo de esto, lo veo; algo relacionado con
importancias, trascendencias y renuencias, con sobras, obras y no
cobras...
Y
en lugar de bajar al pozo o ponerme sesudo a analizar el asunto prefiero jugar con esa cutrez así que, a falta de cuaderno acordeón para
el próximo encuentro, me lo he fabricado con restos de naufragio y a
ver cómo salgo de ésta:
RECETA PARA ACORDEÓN DE PAPEL
Las tapas de una Moleskine
Una vieja carta marina
Muchos sellos del revés
Algún sello del derecho
Papel milimetrado
Páginas de un roto diccionario de latín
Papel de estraza muy fino
Antiguo papel de carta ¡qué tiempos!
Tarjetas postales de los 60 impresas a una cara (la pauta de textos)
Un extraño papel de arroz vietnamita
Algunas hojas secas de árbol
Muchos sellos del revés
Algún sello del derecho
Papel milimetrado
Páginas de un roto diccionario de latín
Papel de estraza muy fino
Antiguo papel de carta ¡qué tiempos!
Tarjetas postales de los 60 impresas a una cara (la pauta de textos)
Un extraño papel de arroz vietnamita
Algunas hojas secas de árbol
La próxima entrada, Robinsón Cutroe.
En el palmeral de Europa.
Un abrazo.