Ojo de pez

Me interesa mucho experimentar con la perspectiva como forma de representación. En mis dibujos callejeros iniciales aplicaba la máxima aprendida en mis tiempos de estudiante de no representar lo que se saliese de un cono visual de 30º ya que fuera de ese ámbito se producían distorsiones en la perspectiva cónica ortodoxa. Claro, pero ¿Y si quiero captar un objeto muy grande (como una catedral) del que no puedo alejarme lo suficiente como para abarcarlo dentro de ese cono de 30º?
Según lo que me enseñaron en la escuela, me veía obligado a recoger solamente aspectos parciales de ese objeto. O bien se hace una abstracción del edificio, en caso de que se quiera dibujar entero. Pero en nuestros centros históricos, los monumentos suelen estar arropados por edificaciones, y yo quería mostrar esa sensación abrumadora de un monumento muy grande visto desde un punto de vista muy cercano, como puede ser una placita del entorno.



La solución ya estaba inventada; utilizando tres puntos de fuga (dos horizontales y uno vertical) y curvando las líneas de fuga se consigue el efecto deseado, una perspectiva de ojo de pez. Mi nunca lo suficientemente admirado Escher me sirve de inspiración. Su obra es siempre un filón para los aficionados a las perspectivas.
Utilizar esta técnica en la calle lleva algo de práctica ya que requiere acumular varias vistas simultáneas y recomponerlas en una sola imagen, pero creo que el esfuerzo merece la pena ya que así puedo, por ejemplo, mostrar a mis amigos ladrones la fascinante catedral de mi ciudad de una sola vez.
Aquí os la muestro desde el nivel de calle y desde la azotea del hotel Málaga Palacio.