martes, 8 de septiembre de 2020

la catedral de santiago



Una de las grandes mentiras de la historia son los huesos de Santiago el de Zebedeo, el santo patrón de España, que sirvieron de bandera para unir a los cristianos contra el moro y levantar esta hermosa catedral que dibujo sentado en la terraza de El Santiagués, en la Plaza de Quintana, después de recorrer su interior vacío y donde algún peregrino despistado da un coscorrón al santo que resulta no serlo -pues parece ser el maestro Mateo- y abraza al otro por la espalda. Los escolares juguetean frente a la tumba de Dios sabe quién y los jubilados se cabrean porque el magnífico Pórtico de la Gloria, que pierde color y gloria poco a poco, está vallado.

3 comentarios:

  1. A veces me pareces Chatwin, Bruce Chatwin...
    En Santiago te conocí personalmente, y eras de verdad ;-)

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    1. Desde la perspectiva actual todo aquello me parece mentira. Un saludo

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  2. Fantástico Josia! Un magnífico trabajo! Y nada fácil! Qué más dá ahora que sepamos que fue una historia falsa. La suerte es que de tantas historias falsas quedan recuerdos impresionantes, como esta catedral.
    La historia está llena de falsedades y las conocemos por los que nos lo han contado, generalmente los vencedores y plagado de falsedades. Pero disfrutemos de aquello que falso o no, nos han dejado. Un abrazo.
    Oye, pudiste dibujarla? He estado cuatro o cinco veces en Santiago y en todas, me ha llovido!

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