Tengo por norma usar cuantos cuadernos me regala la gente que quiero y no podía ser de otro modo con esta pequeña maravilla que fabricasen para el Cuaderno Fest de la Escuela de Arte de Zaragoza en 2018. Se trata de un cuaderno acordeón, japonés o leporello que guardaba para una ocasión como ésta, El Primer Corte de la Miel en Ayora.
A los cuadernos acordeón les gusta que los carguen de tema, que los vistan de viaje completo, que los llenen, como éste, de Ferias enteras para poderse desplegar, ver y contar cual romances de ciego, de pe a pa, de la ceca a la meca…
Para completarlo me hicieron falta dos días:
El primero en soledad de dibujante, esa tan hermosa en que se te acercan niños que gustan de lápices y colorines, padres instigadores y turistas que te suman con agrado al mobiliario urbano o la decoración de las calles y pegan la hebra, seguros de que, en semejante actitud y con un pincel en la mano, eres buena y afable gente.
Hay que corresponder entonces, que estamos en proceso de recuperar la cortesía que se llevó el COVID, mi pueblito adoptivo lo merece y la organización de la Feria también. Enhorabuena y gracias ¡qué gran equipo tiene el Ayuntamiento de Ayora!
Porque el segundo día éramos muchos más, que vinieron los Urban Sketchers Valencia y tuvimos trato preferente para dibujar la demostración apícola en vivo, acceder hasta lo alto del castillo y aun llevarnos de regalo miel de Ayora.
El necesario esponjamiento de este año, distribuyendo la Feria por áreas de actividad y repartiéndola por más calles de Ayora ha sido, para mí, un éxito. Los callejones engalanados han servido de corredores de conexión entre estas áreas; un agradable paseo por la arquitectura local bajo un dosel de paraguas como ababoles que nos han llevado a la escala de la abeja, a recolectar color en mi caso.
En los puestos de miel artesana ayorina siguen habiendo familias enteras, generaciones de apicultores, a veces trashumantes, con vieja y nueva herramienta, pero siempre ligados a una tradición que en este región se remontaría a lo más antiguo, si tenemos en cuenta la pintura rupestre de Bicorp: el primer testimonio de recolección de miel representado en su Cueva de la Araña.
El viejo castillo de la Marquesa preside el pueblo, una extraordinaria dama que sale poco o no aparece en los libros gordos de Historia y que os invito a descubrir: Doña Mencía de Mendoza y Fonseca, Marquesa del Zenete, Condesa de Nassau y Duquesa de Calabria (1508-1554).
La torre me quedó, azar de composición, cual enorme colmena entre las layens de la urna acristalada donde se celebra, diariamente, una fascinante demostración del Primer Corte de la Miel, la labor de recolección apícola que pude dibujar en vivo (en la foto superior) con dos protagonistas adultos y una niña bajo los blancos trajes de faena.
Casi al final del día, cuando volví a reunirme con los USK al atardecer, decidí dibujar ampliando la vista real, las “diablillas” tardo románicas que recientemente han aparecido en la restauración de la Iglesia de Santa María la Mayor o Ermita de San Blas, uno de los templos “de reconquista” de la Comunidad Valenciana.
Cuaderno bien rebonito. Es como un barrido en el espacio y el tiempo. A la hora de morir, según cuentan algunos lázaros, necesitaremos un cuaderno de esos.
ResponderEliminarDesplegado sobre los ojos, mejor que dos pesados óbolos. Un saludo.
ResponderEliminarUna magnífica representación dibujada de la fiesta de la miel en AYORA. Eres único para componer esta historia y que llegue a todo el mundo, haciéndola atractiva! Bravo Alfredo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Joshemari. ¡Un abrazo!
EliminarLLevo tiempo sin pasar por aquí. Directa al enorme placer que procura tu arte, el de componer buenos dibujos y el de narrar. ¡Qué hermosura ! Gracias mil por compartir. Y qué alegría ver que en Ayora conservan colmenas (conozco zonas en las que las abejas han desaparecido).
ResponderEliminarMuchísimas gracias por venir y comentar, yo también llevaba tiempo. Que no nos falten, las abejas, que no nos falten. Un abrazo, Marisa.
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