Por nuestra afición pictórica, ya sea a nivel profesional, o aparecida o incrementada
a partir de la jubilación; la producción de trabajos en dibujo, acuarela u otras
técnicas va creciendo continuamente y a partir de cierto nivel en los trabajos,
el artista quiere hacerlos partícipes a la familia, a los amigos y a los compañeros,
o a los clientes si es profesional.
Por ello el artista escoge entre los trabajos los mejores, a su criterio,
para regalarlos o en el caso de los profesionales venderlos.
Los que somos verdaderamente entusiastas de la pintura y el dibujo nos
gusta además de dar, recibir. Por lo tanto somos coleccionistas tanto de las
obras de otros compañeros del entorno, de gran nivel o si no de otros que
teniendo un menor nivel, tengan, empero, unos puntos dignos de estudiar y
conservar.
Para la gente normal, sin aficiones pictóricas o/y artísticas el recibir
una obra de un pintor amigo o familiar puede ser interesante si el tema es directamente
personal (un retrato o una caricatura, o de su vivienda o lugar de trabajo) y
por lo tanto siempre gusta.
Si es de un tema impersonal sin referencias directas, el cuadro o acuarela
donado puede ser un compromiso para el receptor, por el espacio de que disponga
y por el estilo de la decoración de su casa.
Por ello una vez realizada la entrega de una o varias “obras” a los
familiares, parientes cercanos y a los amigos, no es posible reincidir en el
“regalo” para no sobresaturar a los receptores o ponerles en un compromiso.
Gracias a la idea que me dio el compañero de “la colla del dimecres” Enrique
Sentís; de realizar obras con una utilidad adicional.
Así regala unas pinturas en miniatura sobre unos cantos rodados a los que
añadía un imán y servían para sujetar los mensajes de las neveras, y otros “regalos” útiles como “pai-pais” cuya
posesión siempre es apetecible.
Entonces fue cuando se me ocurrió pintar al óleo abanicos, aptos para ser
utilizados, con temas goyescos, románticos y como no de Sorolla.
Como muestra presento la primera producción, incluyendo las maquetas en
acuarela y el resultado final.
Pero qué maravilla, Jesús! Gracias por compartirlo..con la que está cayendo, se agradece y mucho! Un abrazo y cuídate! Hasta pronto!
ResponderEliminarEres increíble MIOCID, qué trabajo tas pegao con esos abanicos.
ResponderEliminarEn mi caso, dibujé toda mi vida tanto en cuadernos como en todas las paredes de las obras donde intervine como aparejador. Digo paredes, porque para explicar algo técnico de obra o que viesen cómo quedaría, qué mejor que dibujarlo en la misma pared. Luego desaparecían cuando eran pintados.
Siempre me ha entusiasmado dibujar y gracias a ello, gozo de una enorme pinacoteca de cuadros, en mi casa, de mis amigos dibujantes y pintores. Hay alguno tuyo, también.
Otros muchos en carpetas, todos de grandes amigos que han dibujado con ilusión. Acertadamente o no, pero con verdadera afición! Y las casas de mis amigos y familiares hay obras mías por todas partes.
Tú, siempre supiste buscarles una utilidad adicional: Te admiro por ello! Estas que nos muestras son el fiel reflejo de lo que nos cuentas. Les has dado una buena utilidad, en forma de abanicos. Fantásticos. S
Sepárame alguno de los de Sorolla, que incluiremos en nuestra serie de SOROLLA que aún intentaré sacar alguno más!