Totalmente de acuerdo con Dolça. Además, esos árboles, esas luces, esas sombras... están p'a morirse. Aydiosito, Domingo... (voy a cortarme las venas -calma, es en sentido figurado. Además, no iba yo a irme para el otro barrio sin cenar, jiiiii- y vuelvo)
Fernando, gracias por el comentario, yo también te quiero, me acuerdo de las nieblas de Zaragoza, trabajé en el estudio de Bayo Marín en la calle Pabostria y recuerdo que en los días de niebla no veiamos La Seo, que estaba enfrente. Pero creo que lo que más me molestaba era el Cierzo del Moncayo que soplaba en todas las direcciones.. Muchos abrazos
Muy poético Benito. Me gusta!!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Dolça. Además, esos árboles, esas luces, esas sombras... están p'a morirse. Aydiosito, Domingo... (voy a cortarme las venas -calma, es en sentido figurado. Además, no iba yo a irme para el otro barrio sin cenar, jiiiii- y vuelvo)
ResponderEliminarAbrazote
otra maravilla!
ResponderEliminarun abrazo
Fantástica acuarela, Domingo. Como todas las tuyas...
ResponderEliminarUn abrazo.
Cada pincelada en su sitio, bello.
ResponderEliminarAbrazo
Una más de tus excelentes acuarelas. Espero aprender de ellas, contemplándolas!
ResponderEliminarUn abrazo.
Limpia, impoluta.... en estos días de niebla en Zaragoza -llevamos toda la semana-, ver la luz de tus obras me da un respiro.
ResponderEliminarFernando, gracias por el comentario, yo también te quiero, me acuerdo de las nieblas de Zaragoza, trabajé en el estudio de Bayo Marín en la calle Pabostria y recuerdo que en los días de niebla no veiamos La Seo, que estaba enfrente. Pero creo que lo que más me molestaba era el Cierzo del Moncayo que soplaba en todas las direcciones..
EliminarMuchos abrazos