De una antigua fotografía fechada en el año 1920 he realizado esta acuarela. Se trata de la ría del nervión a su paso por la localidad de Sestao, con Altos Hornos de Bizkaia al fondo. Durante décadas las fachadas de los edificios se han mantenido grises por efecto de esa enorme polución que véis salir de los hornos. Cada poco tiempo se escuchaban explosiones por el propio enfriamiento del hierro. Estos y una infinidad de aspectos más fueron siempre objeto de crítica y de malestar entre los vecinos de la localidad y de las limítrofes.
La fábrica daba trabajo a más de 7000 personas y la zona se mantenía fea pero próspera. Hoy todo ha quedado reducido a un cementerio de hierro y a monumento histrórico protegible (algunas de sus partes). Las fachadas están limpias y respiramos mejor, PERO NO TENEMOS UN DURO.
Arches grueso 26 x 36. Un abrazo.
Que bien has captado esa atmósfera opresiva, irrespirable, aunque con un rastro de sol y luz que se cuela por ese pequeño "roto" en el cielo, y el brillo del agua genial. Es una lástima que haya que cargarse el medio ambiente para dar trabajo a las personas, pero ha sido una realidad a través de los años, aunque lo de no tener ni un duro me temo que es generalizado, ya sea con fachadas limpias o no. Abrazo.
ResponderEliminarQue pasada !! Me salia ese humo por el ordenador..
ResponderEliminarMuy bueno. Un abrazo
Yo recuerdo un Sestao con menos humos, cenando con buenos amigos...
ResponderEliminarGenial la acuarela, Kubi.
Un abrazo.
Es un gran conocimiento, el tuyo, de la paleta y del agua, amen
ResponderEliminarde la imaginación, para trasladar de una foto, que supongo en blanco y negro,
por la fecha que dices, trasladar, digo, toda esta variopinta gama de grises
pesados, sombra y azul, y rematarlos con estos brillos del agua con blanco.
Y que guarde un aspecto de hecho in situ. Todo un alarde.
genial¡¡
ResponderEliminarAntes de leer tus palabras, al ver la imagen con con la densa humareda llena de esa variedad de grises, verdosos, ocreamarillentos, chocolatosos, sepias, ennegrecido-azulados, inmediatamente me vino a la cabeza la estación de Saint Lazare y algún cuadro dentro de las series que Monet realizó ante esta enorme y cambiante alteración que la modernidad y su humo infligía al cielo dentro del paisaje. Imagino que fue eso mismo lo que llevó al fotógrafo a atrapar ese instante. Y así percibo yo tu acuarela, como un instante impresionante e impresionista que hubiera viajado en el tiempo. Me imagino la cara del fotógrafo de tu fotografía si pudiera viajar a nuestro momento actual. Artísticamente hablando, no sé qué pensaría. A mí el paisaje actual me encanta, pero en el camino de la limpia calma actual se ha desvanecido la fuerza. Probablemente ni él ni yo hemos vivido la parte no grata de la industrialización, el día a día de esfuerzo y negritud y nos limitamos a la parte cómoda, la de la emoción, la de la textura, la del efecto de la luz, la del movimiento... Y me pregunto cuál de las dos imágenes, artísticamente hablando, le gustaría más. La de la calma y el color, o la del sepia casi negro y el movimiento. Y, la verdad, tengo mis dudas. En lo que estaríamos de acuerdo, casi seguro, es que que tu acuarela es un captar la impresión de un momento cambiante. Un viaje de ida y vuelta. Impresionantemente impresionista.
ResponderEliminarAbrazotes
Muy buena esa acuarela Kubi. Hace treinta y cinco o cuarenta años que no he vuelto a Bilbao y aún recuerdo la impresión que me causó. Ya sé que todo eso ha cambiado, pero como no he vuelto...
ResponderEliminarY hace unos cincuenta años, vi un partido de fútbol entre el Barcelona y el atletic en San Mamés, con mi padre. Ya ves!!
Tendré que volver para quitarme esa imagen, que mi memoria aún guarda, porque por muchas fotos y películas que uno ve, sigue teniendo algo de esa imagen.
Un abrazo.
Realismo puro tu historia y una acuarela bellísima.
ResponderEliminarDOminio técnico de "diez", para que esos tonos no parezcan sucios, para que luzcan tan transparentes. Fantástico.
ResponderEliminarun abrazo