Sabes que soy el fan número uno de tus cuadernos y que también me gustan tus flores. Si el tema del cuaderno son las flores ya ni te cuento... Un abrazo, Carmen.
Carmen me gustan mucho tus flores, te diré que yo lo primero que pinte fueron flores silvestres cogía un ramo lo ponía en un jarro y así empece, un día publicare algo de lo que hacia para que lo veas, te felicito.
Venga Diego muéstranos esas flores, seguro que su colorido es fantástico. Ya me gustaría a mí acabar pintando paisajes urbanos con la maestría con que lo haces tú, pero me temo que por muchas flores que pinte... ;). Abrazo.
Muy buena, tu interpretación de tus flores silvestres, en posturas diversas. En la primera composición, exultántes y orgullosas, como la cola de un pavo real. En tu segunda, populares, alegres, festivas, danzantes... Precioso cuaderno.
Ais, qué preciosidad, Carmen. Mira que el primero, al verlo pensé que era un pañuelo de seda. Pero es que son botánica pura, pensé cuando las vi, y entonces te imaginé embarcada en aquellas expediciones donde la botánica era el testimonio mágico e importante de lo que sólo uno pocos privilegiados llegaban a ver. Siento estas flores tal y como las define Fernando, creo que no podría decirlo mejor, así que me acojo a sus palabras, mi querida expedicionaria en tierra.
Jajaja, gracias Marga, me encanta tu imaginación desbordante, mientras leía tu comentario me imaginaba subida a lomos de un elefante, cuaderno y pluma en mano, atarvesando continentes y selvas llenas de tesoros botánicos. Ya ves que a mí tampoco me falta esa vena locatis e imaginativa. Abrazosssss.
¡Magníficas! ¿Tienes un cuaderno botánico/ sólo plantas?
ResponderEliminarEs un cuaderno sólo con flores, no es estrictamente botánico.
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Menuda, super maravilla!!!!
ResponderEliminar¡Gracias, Dolça!
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Son preciosas, una gozada de cuaderno.
ResponderEliminarMe alegro de que te gusten, Teresa.
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Sabes que soy el fan número uno de tus cuadernos y que también me gustan tus flores. Si el tema del cuaderno son las flores ya ni te cuento...
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen.
Gracias Oñera. Yo estoy esperando a que tú te decidas a pintarlas, casi lo has prometido ¿eh?
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Carmen me gustan mucho tus flores, te diré que yo lo primero que pinte fueron flores silvestres cogía un ramo lo ponía en un jarro y así empece, un día publicare algo de lo que hacia para que lo veas, te felicito.
ResponderEliminarVenga Diego muéstranos esas flores, seguro que su colorido es fantástico. Ya me gustaría a mí acabar pintando paisajes urbanos con la maestría con que lo haces tú, pero me temo que por muchas flores que pinte... ;).
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Muy buena, tu interpretación de tus flores silvestres, en posturas diversas.
ResponderEliminarEn la primera composición, exultántes y orgullosas, como la cola de un pavo real.
En tu segunda, populares, alegres, festivas, danzantes...
Precioso cuaderno.
Que bonito comentario Fernando, muy poético, muy lírico. Gracias.
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Me gustan mucho estos dibujos. LAs tonalidades y sobre todo la composición, muy dinámica.
ResponderEliminarun abrazo
De alguna manera he querido reflejar el movimiento con que se mecen con la brisa en el campo, su medio natural.
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Ais, qué preciosidad, Carmen. Mira que el primero, al verlo pensé que era un pañuelo de seda. Pero es que son botánica pura, pensé cuando las vi, y entonces te imaginé embarcada en aquellas expediciones donde la botánica era el testimonio mágico e importante de lo que sólo uno pocos privilegiados llegaban a ver. Siento estas flores tal y como las define Fernando, creo que no podría decirlo mejor, así que me acojo a sus palabras, mi querida expedicionaria en tierra.
ResponderEliminarAbrazotes
Jajaja, gracias Marga, me encanta tu imaginación desbordante, mientras leía tu comentario me imaginaba subida a lomos de un elefante, cuaderno y pluma en mano, atarvesando continentes y selvas llenas de tesoros botánicos. Ya ves que a mí tampoco me falta esa vena locatis e imaginativa.
ResponderEliminarAbrazosssss.
Amiga Cake, son francamente encantadoras esas florecillas.
ResponderEliminarUn abrazo.