Qué bonitas Carmen!!! Me gusta que hayan crecido de una hoja a otra...muy delicadas las primeras y con más fuerza la segundas... precioso siempre el tema de las flores. Un abrazo!!! Si, que llegue ya la primavera!!!!
Una preciosidad a doble página, Carmen. A mí, y no es sólo porque sean mis tocayas, me encanta la dulce y cimbreante fuerza de tus Margaridas. Y eso la que la primera tiene una delicadeza y una sutileza en los colores que es soberbia, pero no puedo evitarlo... ais, ¡me llaman mis tocayas!
Que bello anticipo de la primavera, y que bien tratadas, artísticamente, están estas flores !!!
ResponderEliminarGracias Fernando, lo más gratificante es lo que disfruto pintándolas.
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Qué bonitas Carmen!!! Me gusta que hayan crecido de una hoja a otra...muy delicadas las primeras y con más fuerza la segundas... precioso siempre el tema de las flores. Un abrazo!!! Si, que llegue ya la primavera!!!!
ResponderEliminarNo me canso de pintarlas a modo de invocación, a ver si se aproxima ese buen tiempo que tanto necesitamos.
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Te felicito Carmen, tu corazón ya ve venir la primavera, gracias por pintar estas flores tan hermosas, un abrazo.
ResponderEliminar¡Ay Diego, se hace mucho de rogar la señora primavera!
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Preciosas, nos anuncian el buen tiempo.
ResponderEliminarGracias Teresa, pronto se llenarán los campos de color.
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preciosas, delicadas pero llenas de color. Parecen estar en movimiento!
ResponderEliminarun abrazo
Es que las mece la "delicada" brisa del norte, Susana. Pobres, zarandeadas y despeinadas están con estos vientos inclementes.
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Son toda una dulzura, esas flores! Magníficamente dibujadas en esa joya de cuaderno!
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias querido maestro, se hace lo que se puede, aunque lo bien que lo paso dibujándolas no tiene precio.
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Ya sabes que siempre me gustan tus flores, Carmen. ¡Estas no iban a ser menos!
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues a ver cuando nos muestras tú todo un jardín, con lo rica que es la flora en Asturias tendrías mucho dónde poder elegir.
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Una preciosidad a doble página, Carmen. A mí, y no es sólo porque sean mis tocayas, me encanta la dulce y cimbreante fuerza de tus Margaridas. Y eso la que la primera tiene una delicadeza y una sutileza en los colores que es soberbia, pero no puedo evitarlo... ais, ¡me llaman mis tocayas!
ResponderEliminarAbrazotes
¡Anda Marga! Te las dedico con todo el cariño. Tu nombre me gusta mucho, no podía ser de otra manera.
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¡Aiss, pero qué ilusión! Muchísisimas gracias, Carmen
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