Más moradas y menos bonitas, y carentes de la poesía que emanda de tu caída hoja, están mis otoñales y gélidas manos, Ilustre hacedor... (caídas, sin embargo, etán, si bien sin llegar al suelo, algunas partes de mi venusiana anatomía, señor, estas carnes, otrora tersas, hoy cual hojas caídas; no semos na...)
Fantàstiken!
ResponderEliminarBuena despedida de año con esta acuarela imaginativa y dramática, pronto reverdecerán otras hojas en el ciclo sinfin de la naturaleza. Bravo.
ResponderEliminarAbrazo.
Bravo!
ResponderEliminarabrazos
Ya está la privamera a la vuelta de la esquina, y brotarán en los árboles las sustitutas de esas hojas caídas...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Fernando.
Buena acuarela!
ResponderEliminarMás moradas y menos bonitas, y carentes de la poesía que emanda de tu caída hoja, están mis otoñales y gélidas manos, Ilustre hacedor... (caídas, sin embargo, etán, si bien sin llegar al suelo, algunas partes de mi venusiana anatomía, señor, estas carnes, otrora tersas, hoy cual hojas caídas; no semos na...)
ResponderEliminarAbrazotes gordotes -y lactocafeinados-, excelso pluricocos...