Tal vez sea de escaso interés para muchos, pero seguro que hay quien esté dispuesto a afilar sus plumas y plumillas para que dibujen más suave, más fino o, simplemente, destrozar la pluma para siempre. Como véis es una propuesta con aspectos de aventura y experimento. En mi blog he publicado un artículo sobre las piedras de Arkansas, explicando qué son y cómo se usan.
Lo que a todos nos puede ser más útil es que estos materiales y este proceso sirven para afilar los cuchillos de cocina, las tijeras, los anzuelos y las cuchillas barberas, si es que quedan atrevidos que aún las usan. Por no hablar de hoces y guadañas, que seguramente tenemos en el trastero.