martes, 29 de septiembre de 2015

EL "CRONICÓN" DE HUESCA (o el que avisa no es traidor...)



LLegó, ¡por fin!, el segundo ¡El segundo encuentro de Ladrones de cuadernos! Tras el largo, pero ameno viaje, llega la emoción de los reencuentros nocturnos, jiiiiii…  los abrazotes y estrujones – ejem, la lagrimilla contenida…-, el picoteo en terracita, pues la temperatura era agradable –aunque en esto hubiera opiniones dispares-, la agradable charleta… la contemplación de sacrosantos cuadernos -que quitan el sentío- de algunos  -privilegiados- que, acompañados del organizador, monsieur Lorés, ya habían comenzado la tournée cuaderneril… La charleta de nuevo…  Y nos dieron la una (si nos descuidamos, las dos y las tres), que diría Sabina, jiiiiiii;  hora pues de retirarse, que las diez de la mañana están ahí… ¡Aydiositoooo, no me lo puedo creer!

Han sido tantos los escollos que me parece mentira estar ahí …

Amanece, que no es poco, jiiii…  Viriato y yo, plano en mano, nos acercamos hasta lugar fijado para el inicio del encuentro y buscamos un lugar cercano, una terracita, para desayunar.  Y en ello estamos cuando aparece mi Joshemari muy bien acompañado ¡de Susana Lanau! En Cuenca apenas pude saludarla muy de pasada, pero esta vez ¡nos hemos desquitado!

Reunido en el lugar convenido un buen número de gentes variopintas –y variopintamente ataviadas, rojo clavel incluido- pero dadas al robo, llega la guía, una joven menuda de agradables facciones, gran cumplidora de su oficio,  dispuesta a hacernos la visita en una hora sin dejarse nada atrás -que luego, en San Miguel hay boda y también, a la una, en la catedral-.
OJiplática, anonadada, aturdida por el veloz inicio de la tournée, por el bombardeo informativo, en principio no sé qué hacer –de hecho no hago nada, salvo escuchar y mirar, mientras pienso: “Aydiositoooo, ¿saco el cuaderno? ¿Pero cuándo, dónde, por qué?  O sea, por qué no se queda –ella, la guía, grrr- un momento en algún lugar en concreto, murmuro para mis adentros…-.
Finalmente, me decido -pardiez que la tipa es veloz-: puesto que tiempo no hay, hagamos pequeñas cosas, que pena sería haber venido para nada hacer (¡Menudo papel, jejeje)… Saco el lápiz –de ikea, ahí es na, esto promete-, abro el cuaderno ¡por fiiin! Miro arriba (sí, sí, buscando ayuna divina, jijiiii) y ahí está, en las alturas, el ábside, el rosetón… ¡qué molón… allá voy…! Ras, ras… garabateo… 


Rotulador gris de los chinos -punta despeluchada- sobre lápiz de Ikea, sobre cuaderno de croquis Moleskine 13x21

 

De allá, con la lengua fuera, aún el rosetón en la cabeza,  a las pinturas murales… qué hermosas. Imposible de esto dar fe… hum…  bueno, quizá, acaso… la greca, los escudos –diecisiete cuento-, sus colores, incluso un adorno barroco que aparece bajo el arco… ¡los cazo! ¡Bueno… bien!

Y salimos al claustro… ¡Ooohhhh!  (Allí algunos se atrincheran, adiós, bella guía, adiós…) yo, en cambio, algunos detalles del tímpano de la puerta que le da acceso recojo. Del claustro, no hay más tiempo, la decoración de algún capitel. No, no es el más conocido, que la guía no lo cita, pero a mí me llama El Cordero, qué le vamos a hacer… (Amén)


Rotulador gris -el mismo de antes-, rotulador calibrado, acuarela, lápiz de Ikea sobre...

Luego, en lo que era la sala capitular,  también tumba de reyes –creo- allá, en un oscuro rincón desde el que todo escucho pero nada veo, me encuentro con una tumba. Ah, bueno, ¡¡puede valer!! Y mientras Ferto, desde mi mismo rincón,  a los visitantes retrata, yo, la tumba retrato…
El resultado me mola, el parecido es notable, el trabajo limpio… (Arriba me vengo, estoy lanzada… Ah, lo siento – no tengo abuela… qué loca… pues también es cierto).


Rotulador calibrado sobre  lápiz de Ikea...

Y de ahí a la catedral, donde me sellan el cuaderno, qué iluuuuu, ¡mi primer sello!… La catedral…Fiuuuu…  Me siento desbordada… Me siento (literal) y al techo miro (que nadie se extrañe, no es vicio sino necesidad – pues que en siendo pequeña todo arriba me parece quedar…- ). Me pueden los nervios: no los míos, -que yo, pese al frenético ritmo, estoy tranquila y relajada: que hoy no hay plancha, ni cocina, ni colada-  sino los de las bóvedas de la nave central; la manera en que se encuentran, los rosetones que los adornan, su brillo dorado... ( ¡brilli-brilli!… soy -¿soy?- una urraca) Sea. Sea lo que Dios quiera, allá voy… ras, ras…



Rotulador calibrado, acuarela,  rotulador gris -el despeluchado, sí- y boli brilli-brilli de los chinos sobre...
 


En el Pórtico del Obispo, junto a Susana, Viriato, El Ilustre y mi Joshemari se produce uno de esos momentos que se quedan en el corazón. Poco me importa la calidad de mi dibujo. Me importa, y mucho, el momento. Y el momento es hermoso, risueño, relajado, cálido y aterciopelado como la luz que nos acaricia mientras dibujamos (aunque sobre el terreno esto se tradujese en  una “margaritada”… “Mirad,  jiiiiiii… si parecemos lagartijas al sol” – ejem, qué cosas…-)

 
Rotulador calibrado sobre lápiz -el de Ikea-
 

Tras la apretada mañana  también comimos -¡Y qué bien comimos!-. Y bebimos – eso sí, unos más que otros-…  y charlamos, bla, bla, bla… y  charlamos: de dibujos, de lo divino y de lo humano;  de lo que comimos, doy fe… acá está dibuengendrado… 


Rotulador calibrado, acuarela y boli de tinta roja sobre  lápiz de Ikea


 Luego, para rebajar… paseo relajado hasta el Museo provincial, en cuyo interior, una vez atravesado un patio porticado, se encuentran ¡el famoso lugar de La campana de Huesca! (cuya terrible historia e ilustración  -antes- siempre en los libros de texto encontrabas), el imponente salón del trono y la hermosísima estancia de Doña Petronila -la cual, una vez provista de agua caliente, baño y calefacción no desdeñaría yo como segundaresidenciaideal-.  Volvemos al patio porticado, qué bellísimo y tranquilo lugar, donde,  visita nupcial incluida –¡¡viva los novios!!  Jijiji y jajjaja…  unos, acomodados,  otros, los quemás, más bien desparramados por los suelos, apurando todos la luz, perpetramos el último robo, acompañado de nuevo sello … (¡y ya van dos, no me lo creo!)
 
Rotulador calibrado sobre lápiz de Ikea, sobre Moleskine...

 Foto de grupo,  chuspichusqui de categoría y en cantidad generosa… Bla, bla, bla… jijiiiiii, jajaja…  más fotos y primeras despedidas… Au revoir…
 De recogida ya, agradable paseo en muy agradable compañía…  charleta,  muchas risas…  y aunque se intente posponer, llega la despedida: pasó el tiempo tan deprisa… achuchones, abrazotes, abrazotes, achuchones… ¡Nos vemos, nos leemos! ¡Mil gracias,  adiós, catalanes, vascos, aragoneses, madrileños, castellanos, a fin de cuentas… Ladrones- ! ¡Fue un  gran, gran placer!

EPÍLOGO: Imágenes que se quedaron en mi mente-demente
 

Rotulador calibrado 005 sobre lápiz de Ikea, sobre Moleskine...



Detalle
 Y alguna reflexión (qué tostón...)


Pétalos de tela que me llamaron...

 ¿Qué os dije...? ¡¡El CRONICÓN...!! Jiiiiiii 







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