Si visitando Sevilla sobra algún día de ocio, no cabe duda que aquí hay sufucientes atractivos para disfrutar de la ciudad.
Sin embargo existe un lugar que no es conocido suficientemente.
cuaderno Van Gogh 150g 100% celulola 24x13cm |
No hace excesivos años en una localidad muy próxima, Alcalá de Guadaíra, se fabricaba la mayor parte del pan que se consumía en Sevilla. También era conocida como Alcalá de los Panaderos.
La harina se molía aprovechando la corriente del río Guadaíra, afluente del Guadalquivir, en una serie de molinos situados estratégicamente a lo largo de su cauce.
El pan se repartía a lomos de burro o mulo, que viajaban cargados en el interior de vagones de mercancías del "tren de los panaderos ".
Hoy en día solo quedan los molinos en un enclave natural protegido, los Pinares de Oromana, muy "fresquito" en verano y a unos trece kilómetros de la capital.
Muy buena acuarela. Me gusta mucho la combinación de colores, con profundidad, y la casa luminosa, atrayendo la vista. Buen trabajo!!!
ResponderEliminarun abrazo
Que bonita acuarela emilio!
ResponderEliminarCasi hiciste una abstracción aquí... Muy buen trabajo con esos planos tan marcados. Y comparto que en Oromana se está bien agustito...
ResponderEliminarPues nada Inma, el fin se semana que quieras organizamos una quedada con el resto de compis y así me los presentas...
ResponderEliminarBonita acuarela, Emilio. Y si ese entorno de Oromana es tan fantástico como dices seguro que veremos muchas más pintadas por esa zona.
ResponderEliminarUn abrazo.
Emilio, estoy seguro que debe ser un rincón encantador y lo has dibujado y acuarelado muy bien. Me gusta mucho.
ResponderEliminarAdemás esa historia que seguramente muchos sevillanos no conocerán, aún la hacen más bella y atractiva.
Hola, Emilio. Muy buena combinación de colores para este molino de Alcalá de los "Panaderos". La explicación que acompañas es excelente, me gusta mucho la historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encanta esa luz de la casa y la combinación complementaria de violetas y verdes!
ResponderEliminarUn abrazo, Emilio!