Este mes no he podido ir
a la reunión de los retratos del primer jueves.
En compensación he
ampliado mi serie de retratos de artistas de cine. Estos retratos los realizo
en base a fotografías de los mismos que salen en “internet”. La elección la
realizo de acuerdo con los rasgos más definitorios del personaje en cuestión,
que a la postre serán los que permitirán darle un cierto parecido.
La presencia de estos rasgos
en la mayoría de las fotografías es prácticamente inexistente, pudiendo escoger
tres o cuatro fotografías sobre un total de doscientas.
Me he encontrado casos en
los que las únicas fotos que tenían los rasgos eran las de blanco y negro,
siendo las de color con los rasgos más diluidos e impersonales. Alguno de los
retratos que he realizado (en color) se han resentido de esta elección.
También es de importancia
la presencia de rasgos personales en los modelos femeninos, ya que en el caso
de no ser rasgos muy definidos, el resultado puede estar influenciado por el
peinado, el retoque de las cejas, la “máscara” de ojos y el maquillaje.
La serie de retratos en
acuarela la he realizado como un ejercicio para intentar conseguir dominar (por
insistencia y reiteración) tanto el parecido como las texturas y el volumen con
la mayor limpieza y economía de medios expresivos posible.
Así como en el dibujo
tengo “recursos” para hacer aquello de “si sale con barbas San Antonio y si no
la Purísima Concepción, en la acuarela si no se captan los citados rasgos o se “ensucia”
en demasía el retrato no queda más remedio que volver a empezar.
Es curioso que la pareja
de personajes de una de las películas que más me han gustado (y que he visto
más de doce veces) sean las que he tenido que repetir más veces; así lo he
tenido que hacer con Maurín O’Hara (4 veces) y esta última presente (por 2
veces).
Adjunto ambas de estas
últimas, la primera con una ausencia de los rasgos característicos del
personaje y muy “torturada” en sentido acuarelístico y la final con los rasgos
suficientemente aceptables.
Adjunto como complemento
una realizada de manera más inmediata a partir de un anunció de las revistas.
Me encantan tu actitud, tu perseverancia y tu humildad. Desde luego el retrato en acuarela es difícil, tienes toda la razón. A ti estos te han quedado fantásticos. Un abrazo.
ResponderEliminarCaptar la esencia de los retratados siempre es lo más difícil, tus retratos están llenos de vida.
ResponderEliminarAbrazo.
De acuerdo con lo que dicen las nenas.
ResponderEliminarEl retrato, ya lo hemos comentado un montón de veces...
solo tiene una visión... como en el paisaje, hacer tu interpretación, poniendole todo lo tuyo, encima del modelo,
si lo que tu pones, es muy tuyo... muy bueno... muy importante,
el retrato tendrá calidad y tu personalidad.
Que dirá el modelo...pues lo mismo que dice el paisaje.....
o el bodegón, que en su interior, porque lo tienen...
estarán contentos por haber sido pintados, por uno que los
ha sabido interpretar.
Amigo mio, si alguien quiere buscar un parecido.... que compre
una CANON... hace fotos fantásticas... pero esta ya es
otra questión.
Como curiosidad hablé el otro dia con la GIOCONDA, y me puso
verde al Leo Nardo, que no Leo Mesi, porque no le sacó el
parecido que ella quería, y sus amigos se c.. g.. b.. n...
en sus muertos (del Leo)
Para mí los retratos son algo especial en pintura, cercano a lo imposible, con un punto de reto que me supera, reservado a los mejores pintores. Por eso me da mucho respeto verlos, porque no basta en ellos con dibujar bien, con ajustarse más o menos al modelo. Cualquier detalle, distancia, posición, línea... cambia la expresión totalmente. Hay miles de millones de personas, todas diferentes, compartiendo los pocos elementos que forman un rostro, lo que hace casi milagroso para mi entender y capacidad que se consiga el parecido y se plasme la expresión. Sobre todo lo último. No es exigible un parecido que a veces ni las fotografías consiguen, como sugieres, pero sí es necesario ser capaz de plasmar el caracter de la expresión, lo personal, esa pequeña diferencia, esa vida, esa mirada, ese gesto que pocos sois capaces de conseguir.
ResponderEliminarEl retrato son palabras mayores. Mis árboles nos se quejan, nadie me echará en cara o pensará que la posición o ausencia de una rama desfigura su aspecto.
Me parecen admirables tus retratos.
Un abrazo.
Desde luego el retrato tiene miga, pero no por el mero parecido físico, porque el parecido físico, que yo dejaría en lograr captar el aire, siendo importante, no me parece lo esencial. Lo esencial, lo imprescindible, a mi modo de ver, es lograr atrapar el carácter, la psicología del retratado. Un retrato puede ser perfecto -aparentemente perfecto-, incluso hiper-realista, y estar, en su perfección, perfectamente muerto, y uno no tan perfecto -aparentemente imperfecto- emanar carácter, psicología y vida. Ese es el meollo del asunto.
ResponderEliminarDice un buen amigo mío que sólo quien hace se equivoca. Verdad verdadera. Y yo me permito añadir que los errores no son un fracaso, sino parte del éxito. Amén.
Abrazotes gordotes, Buen Jesús.
Fantásticos, MIO CID! Retratista Mayor del Reino!
ResponderEliminarEres un maestro del dibujo, Jesús. Y si se trata de retratos... ¡mucho más!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo.