Los Reyes trajeron del brazo a mi amigo invisible

Hola. Feliz año a todo el personal.
Llegó el viernes, yo no estaba en casa y hasta hoy no he podido informaros y hacer unas fotos en condiciones, como la cosa merece.
Al abrir el paquete aparece un hermoso cuaderno, grueso, tapas negras duras, apaisado... Tachin, tachin...
Lo abro, miro, leo, disfruto... lo cierro, lo reabro, lo releo, lo remiro, lo redisfruto...
Viene de Zaragoza. De Antonio Maestro Magaz, un cuaderno que hace honor al apellido de quien lo envía. Nos conocimos en Veruela, que tampoco fue mal lugar para conocernos y por allí anduvimos dibujando, charlando, comiendo y riendo, que para eso vamos. Fue un placer entonces y ahora es otro, tener un cuaderno suyo en mis manos, para mi, llenito de hojas, muchas, para ir añadiendo dibujos que no desentonen de este principio tan hermoso.
Dibujos de otros lugares diferentes a los míos, con montañas llenas de nieve, un amable esctrito en tarjeta aparte, el saludo de una araña que cuelga de un oportuno borrón, invitación a dibujar las páginas restantes y brindis con una botella de vino al lado de las uvas de donde sale el caldo. Preciosas uvas y muy adecuados propósitos. En fin, una alegría, un disfrute y una invitación.
Desde aquí mi agradecimiento por su esmero y mi sofoco por su rapidez. Un fuerte abrazo y muchas gracias, maestro Antonio.
Yo ya he recibido el que pedí para hacer mi regalo. Me pongo con él, paciencia.