De todo un poco

    En un cuaderno de notas de 16x24 de dos que me regalaron de Oxford University Press, con un buen papel blanco que aguanta bastante bien el agua, si es poca. El de arriba, pluma estilográfica y pincel de agua, es la actual Cámara de Comercio de Albacete (Chalet Fontecha, construído en 1920), uno de los pocos edificios del siglo XIX y principios del XX que quedan en una calle en la que todos eran de esa época.

   El anterior, en el mismo cuaderno, con pluma estilográfica y acuarela, recoge una estatua que hay en Albacete, cerca de mi casa, erigida, de forma insólita, como homenaje al funcionario. No tiene demasiados años la estatua, pero parece ser que entonces era mayor el aprecio que los funcionarios recibían. Siendo yo maestro, funcionario por tanto, reconozco que no soy muy objetivo, pero pienso que tal vez algún día tengamos que lamentar el actual descrédito de quienes, en su mayoría, hacen un buen trabajo. No es lugar ni ocasión para extenderse.

    El anterior y el siguiente, más árboles con pluma estilográfica y pincel de agua. El primero, más minucioso y detallista. Llevo ya muchos pintados este año y, me voy convenciendo que hay que empezar por dibujar con  detalle, por aprender la estructura, las masas, el volumen, para después ir sintetizando, ir eliminando esos detalles que, sin embargo vas siendo capaz de sugerir. Desde luego, es una forma de trabajhar.

   De todos esos apuntes, de vez en cuando sale alguna acuarela, como ésta, de 26 x 42. Papel Guarro, grano grueso, acuarelas Van Gogh y Bizancio y un poco de sal para dar texturas.